3.18.2014

Un cuentito… romántico, lo único destacable es que fue escrito en medio de una caminata en un Celular inteligente… 

Cuando el día se quedó sin noche

Llega el día, llega la noche, llega el día, llega la noche, una vez y otra vez y una vez mas, todo el tiempo, por toda la eternidad.

El día y la noche, se juraron amor por siempre, sin pensar que para estar enamorados deben amarse y no solo decirse.

Porque el amor se hace todos los días, minuto a minuto.

Y no solo me refiero al hecho de amarse apasionadamente, sino amarse envejecidamente, cuando la mente esta flácida, cuando el cuerpo esta caído; hablo de amar por siempre.

Así se deberían haber amado el día y la noche, amor al extremos, pero no, se confiaron y pensaron que por ser ellos bastaba con decirlo.

Y así, día y noche, noche y día hasta que una noche no llego día y pasaron noches de noches y noche entre lágrimas debía seguir entregando su oscuridad, se deshacía capa por capa, gota por gota, sin descanso.

Noche desesperada dejo la constelación y fue por el supra universo en busca de día.

Pasaron cien mil cosas, aventuras irrepetibles, y en un momento inesperado encontró a día.

Estaba en un bar apagando las penas, también estaba El Flaco, Cerati y Sabina...

Allí noche y día hablaron, se contaron cosas de la vida, se miraron, se tocaron, se besaron y luego se amaron en un amanecer perfecto.

Y así desde ese instante no dejaron de tocarse, en todo momento, dando los más espectaculares anocheceres y despertando en cada amanecer.





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