6.29.2006

Realmente no se de donde sale tanta mierda...



Nunca todo esta en su lugar…

Uno cree que algún día terminara de ordenar sus cosas, su vida…

Pero no, cuando vas por un lado, el otro se cae, cuando lo arreglas, la otra parte se te fue y esta corriendo a mil kilómetros por hora y es imposible subir nuevamente al carril.

Y si logras subir, talvez se detiene en seco y te vas a estrellar directamente donde ocultaste todas tus mentiras.

Todas tus vergüenzas.

Seguro que esto no va terminar bien, seguro que cuando logres poner todo en orden saldrá una mancha negra y te dirá:
ahora jódete,
crees que todo esta bien,
pues no,
no todo anda bien…

has muerto.

Vez es difícil tener todo en su lugar.

6.28.2006

Vamos, vamos, ...

Bajo la Sombra del Olivo

Ilya Fortún


Los insoportables


Entre las paradojas de la globalización, me encanta ésta que ha resultado en que el evento más importante del deporte más popular en el mundo, haya terminado restringido a los que tienen las posibilidades de pagarse una suscripción a la televisión por cable. Por suerte el libre mercado ha sido generoso conmigo, y me ha dado “la oportunidad” de ver los partidos del Mundial de Fútbol Alemania 2006 en vivo y en directo, colocándome así, por encima de miles de pobres diablos del área urbana, que no han hecho méritos suficientes para acceder a éste privilegio.

Pero cómo dice el entrañable Serrat: Nada es Perfecto. Ni siquiera mis bien merecidos privilegios me han podido librar de la tortura que significa soportar a los comentaristas que intervienen en la transmisión de los partidos. Y es que en estas dos últimas semanas, como buen aficionado al fútbol, mi tema de conversación con amigotes y conocidos ha girado casi exclusivamente en torno a los partidos de la Copa, pues el asunto de las elecciones está más aburrido que chupar un clavo. No importa con quien uno hable, ya sean expertos en fútbol, aficionados circunstanciales o neófitos, la coincidencia es siempre la misma: la indignación provocada en todos por la calidad de los comentaristas que acompañan el relato.

¡Por Dios Santo! Las revelaciones del Mundial no fueron ni Ecuador ni Costa de Marfil (otra vez se constató que las revelaciones son un espejismo, y que el fútbol se decanta a partir de los octavos de final); las verdaderas revelaciones fueron para nosotros los dos insoportables de acento argentinoide, que en doble turno, se revelaron como los grandes exponentes de la mediocridad y el mal gusto.

La ignorancia es atrevida, dice el refrán; y con cuanta razón. Dos veces al día debemos someternos a un escandaloso espectáculo de ignorancia que trasciende lo puramente futbolístico. La falta de cultura y de conocimientos generales de los dos insoportables podría ser pasada por alto, si es que por lo menos tuvieran el suficiente oficio para analizar y comentar con propiedad las tácticas, los esquemas y estrategias de un deporte cada día más complejo. Pero no. A la pobrísima formación profesional de los insoportables, se suma un irritante estilito que ronda permanentemente en lo superficial y en lo anecdótico, para colmo con un tono de autosuficiencia que provoca atentar contra la pantalla del televisor.

Une verdadera falta de respeto al público televidente (de privilegiados y de no tan privilegiados) de parte de quienes generan la señal y de quienes la reproducen localmente. Porque después de todo, los abonados de cable y los clientes publicitarios que han invertido en el evento, hemos hecho un esfuerzo que merece un mínimo de consideración. Y no me vengan con que esto tiene que ver con falta de recursos, pues la compra, venta y reventas de derechos ha generado, hasta dónde yo sé, una danza de millones que no corresponde a la horrorosa producción. ¿O a usted le parecen aceptables los previos con la mesita y las sillitas de palo, en las que los panelistas mal iluminados agarran los micrófonos con la mano?

A nombre de muchos, me desfogo, y denuncio esto que para mi es un escándalo. Termino con una sana recomendación: si usted quiere librarse de los insoportables, antes de romper el televisor, bájele el volumen, prenda la radio y sintonice el acertado y elegante comentario de Don Lorenzo Carri. Post data: para los requete privilegiados, el audio vía Internet es también una opción interesante.

6.27.2006

Plateados


Entre el cielo y el infierno, entre el bien y el mal...